LA GESTIÓN DEL AGUA DEBE ESTAR COMPROMETIDA CON LA ERRADICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES HÍDRICAS, LOS CONFLICTOS Y LA POBREZA, PREVALECIENDO LA SUPREMACÍA PARA LA VIDA Y LA NATURALEZA DE LAS PERSONAS SOBRE CUALQUIER OTRO INTERÉS DESARROLLISTA

El agua es vida, pero también es una condición primordial para el desarrollo de cualquier región del planeta.

Sin embargo, en el mundo de hoy, la planificación estratégica para el uso de los recursos hídricos, ya sean superficiales o subterráneos, debe priorizar las acciones comprometidas con la erradicación de las enfermedades hídricas en regiones sin saneamiento, en la resolución de conflictos en los lugares donde la ecuación de usos debe ser evaluado de tal manera que satisfaga todos los segmentos, pero fundamentalmente para garantizar la reducción de la pobreza.

En este escenario, la participación ciudadana se vuelve primordial en los aspectos de gobernanza combinados con el poder de decisión, que solo será integral, con la participación de personas, residentes de cada región, conocimiento de su territorio, de sus problemas y necesidades de agua. Y específicamente la reserva hídrica para servir a todos.

Por lo tanto, este compromiso con las prioridades debería ser el resultado de una gestión participativa, integrada y compartida de los recursos hídricos en cada cuenca, con la participación de la sociedad civil, el poder público y el sector privado.