LA CULTURA DEL AGUA DEBE SER CONSERVADA POR TODOS Y DEBE ARMONIZARSE CON LA ECONOMÍA A PARTIR DE LOS DIFERENTES CONTEXTOS SOCIOAMBIENTALES

La creencia de que el agua es abundante está equivocada, esto está claro hoy en día.

Sin embargo, en una paradoja, los humanos, en su agua disponible para uso, desperdician en promedio el 40% de este líquido de manera irresponsable. Paralelamente, todavía degrada y contamina sus fuentes sagradas dentro de la naturaleza, ya sea en forma directa con basura y aguas residuales, o indirectamente, destruyendo sus nacientes.

Por lo tanto, es necesario fortalecer la relación entre el hombre y el agua, es decir, la relación que el hombre mantiene con sus fuentes de agua, estimulando desde los niños hasta los ancianos, la cultura del agua, su significado y su interfaz intrínseca con la vida.

Tiene un gran papel en este trabajo, el ciudadano. Él, el ser vivo, debe estimular y preservar la cultura del agua en su localidad y armonizar su uso con el desarrollo y la economía regional en los diversos contextos y escenarios socioambientales, produciendo así una perpetuación del sentimiento de conexión con la naturaleza y especialmente con el agua.